Capital Federal, hoy 20/11/2012, fue un verdadero CAOS. Jamás sentí esa sensación de opresión y encierro, de no haber absolutamente movimiento por las calles, de no haber transporte, de no haber prácticamente gente.
Sí, ENCIERRO: Capital, todos sus accesos CERRADOS. Una jaula, nada más correcto que ello.
Más allá de toda esta situación tan triste e indeseada por tantos, incorrecta por cierto, de manifestación (habiendo modos pacíficos -¡claros que los hay!-), mi felicidad no se vio agobiada ni destruida por ello (ni siquiera con mi pierna rota)
Podrán peguntarse: ¿de qué habla esta mujer? Con todo su prólogo inicial, ¿hablar de "felicidad"? ¿Cómo puede entenderse eso?
Pues bien...
¡¡¡¡PROMOCIONE PSICOANÁLISIS!!!!
(¡Soy i n m e n s a m e n t e feliz!)
☺